Si cuentas con una marca propia, seguro ha pasado por tu mente la idea de renovar su imagen para mejorar su impacto.  En este artículo te contamos sobre este proceso tan crucial en las marcas, el rebranding. 

¿Qué es el rebranding?

Es una estrategia de marketing que implica modificar de forma parcial o total el conjunto de elementos que identifican a una marca: como su nombre, sus colores o su logotipo. Su principal objetivo es revitalizar su imagen y cambiar la percepción que tiene nuestro mercado.

Las marcas evolucionan como la sociedad, que cambia sus objetivos y gustos. Cuando tu marca está evolucionando en sus productos, quiere internacionalizarse o su público objetivo ya no conecta como antes, es momento de pensar en la renovación de la marca. 

¿Debo o no optar por un cambio de imagen para mi marca?

Es importante recalcar que no siempre querer es deber. De acuerdo con Entrepreneur, en promedio, las marcas y organizaciones cambian su identidad corporativa una vez cada 7 o 10 años. Si tu empresa pasó por una crisis mediática, ambiental o social, no te recomendamos hacer el cambio ya que la audiencia lo tomará como que buscas eliminar cualquier evidencia de tus errores.

A continuación te compartimos 5 momentos en los que debes considerar un rebranding:

  • Tu empresa está en declive: Tu marca pasa por distintas etapas de su vida, al alcanzar un punto alto de éxito hay dos caminos, seguir subiendo o una caída. Si notas que tus números empiezan a disminuir, dale un refresh a tu marca.
  • Cambiaste de objetivo: Si tu mercado evolucionó y tus servicios se fueron modificando, una reorientación de tu imagen será positiva. No queremos incursionar en los productos veganos y que nuestro logo sea un cerdito con un cazo de carnitas ¿verdad?

  • Perdiste la conexión con los usuarios: Es muy normal que los clientes sigan consumiéndote por la calidad de tu producto o servicio, pero ya no sienten esa afinidad que había desde el primer día.

  • Otra marca es muy similar a la tuya: Curiosamente, hay marcas que utilizar esta estrategia para intentar robar mercado. Pero si no te sientes cómodo con ello, puedes optar por el cambio.

  • Quieres expandir tus fronteras: Gracias a la globalización, nuestros productos y servicios pueden llegar más lejos. Pero la barrera cultural y de idioma puede afectar este proceso. Puedes hacer una adaptación parcial para no dejar de lado tu esencia.

Grandes marcas que han hecho rebranding.

Hacer un rebranding no es exclusivo de las grandes marcas, pero a continuación te mostramos algunos ejemplos de algunas que triunfaron y otras que no lograron su cometido.

Rebranding de GAP

Rebranding de Apple, Starbucks y Pepsi.

¿Cómo y con quién hacer tu cambio de imagen?

Para gestionar uno o varios cambios en la marca, es importante asesorarse con una agencia especializada en crear marcas ganadoras que pueda establecer la línea de diseño apegada a la personalidad de tu marca, giro, mercado meta, intenciones y objetivos.

Además, te recomendamos seguir estos pasos para acercarte a un rebranding exitoso:

  • Consúltalo con tus compañeros de equipo, socios, familiares, clientes y hasta con la almohada. Esta decisión puede afectar a tu empresa, no te dejes llevar por tus emociones.

  • Crea una campaña de lanzamiento donde expliques el significado de tu renovación y resaltando los beneficios de este cambio. Puede ser una historia, un video o un comunicado ilustrativo que no deje a nadie fuera de la información.
  • Estudia tu público objetivo. Conoce qué es lo que llama su atención hoy en día, que es lo que no les gusta, que macrotendencia está afectando sus decisiones de compra.

  • Actualiza todos tus canales. Haz un recuento de las plataformas digitales con las que cuentas, tarjetas de presentación, firmas electrónicas y tu página web. Todo deberá reflejar tu nueva imagen para no crear desconfianza de lo que está sucediendo.

Al final, la decisión de hacer el cambio será 100% tuya. Pero toma en cuenta que no es como hacerte un corte de cabello que crece y ya. Las repercusiones que podría tener tu empresa y colaboradores si no haces una planeación adecuada pueden ser más grandes de lo que imaginas.

En ocasiones la mejor opción es una pequeña actualización de tu imagen, refinando líneas y simplificando tu imagen para que pueda mantenerse vigente por mucho tiempo. Tus consumidores leales están acostumbrados a una imagen, asegúrate de hacer un cambio gradual que reconquiste sus corazones con asesoría de un equipo experto. 

El branding es sumamente valioso para sobresalir y dotar de valor a tu marca.

En una era donde las marcas no solo son imágenes o conceptos, es importante considerar el impacto que éstas tienen en el mercado actual, así como la manera en la que se están comunicando sus mensajes con el soporte de una estrategia sólida y otros elementos visuales que envuelvan la identidad de la misma. Para cualquier empresa, el branding es sumamente valioso, pues cada vez que lanzan un producto al mercado deben trabajar en el mismo para sobresalir y dotar de valor todas tus acciones.

Es importante tener muy claros los pilares de nuestra marca para realizar un buen branding. Para lograr una estrategia de branding, es importante considerar los siguientes puntos:

Propósito: es el elemento base de la marca, su base. Desarrolla la necesidad del consumidor hacia tu marca en paralelo con una solución única que cautive a tus clientes.

Visión: en este punto, se debe mirar al futuro de una marca, hacia dónde debe ir para lograr sus objetivos. Los responsables de la estrategia deben definir el mejor rumbo para lograr los objetivos deseados.

Misión: aquí es donde el propósito y la visión se unen para saber qué se debe hacer. Es lo que se espera conseguir y lo que hace que la campañía avance con un sentido coherente y firme. Esto ayudará además a desarrollar la imagen que quieres proyectar en el mercado donde nos desenvolvemos.

Valores: Son lo que harán que tu marca conecte con los consumidores. Defienden las tácticas trazadas, las ideas principales y dan sentido a todas las acciones; los valores te permiten definir incluso la imagen que proyectarás.

Posición: este es el lugar que ocupa tu marca frente a la audiencia, tus competidores y lo que la hace diferente (valor agregado). Este punto se define por elementos externos con los que se puede jugar para tomar delantera de forma inteligente.

Personalidad: es importante que para que el consumidor conecte con tu marca, vea a ésta como una persona con la que pueda hacer “clic”, con la que se identifique y siga con admiración… Como cuando conocemos una nueva amistad o un personaje histórico.

Tono de voz y lenguaje: una vez que sabemos su personalidad, de inmediato podemos definir como hablará, tomando en cuenta a quién se dirige… No hablamos igual a una adolescente que a un adulto mayor; es importante saber esto para dar más peso a nuestros mensajes.

Mensaje central: Es el eje de nuestra comunicación del cual se pueden desprender submensajes que soporten nuestra idea principal. Este es el corazón de nuestra marca y es la carta de presentación hacia con los clientes.

Sistema de identidad visual: Teniendo la esencia de tu marca, es importante darle una imagen, un rostro visualmente atractivo, pero que también tenga sentido con la personalidad y con el servicio que ofrezca tu marca.

Expresión: es el resultado de todo lo anterior, pues aquí sabemos cómo se habla de tu marca. Es un elemento externo que te permitan posicionar el mensaje deseado y dar consistencia a la imagen de tu marca.

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Aarón, Carolina, Gerardo, Fernanda, Kevin, Oswaldo. Te puedo apostar mi quincena completa a que, si a simple vista no detectaste la Coca-cola con tu nombre en tu última visita al oxxo, seguramente removiste varias filas de latas buscándola. Además, me juego la cabellera a que ya les pediste a todos tus amigos que si se encuentran una con tu nombre, te la guarden.

Pero, ¿Qué tienen de especial una lata de Coca-cola con tu nombre? pues que su propuesta de valor se eleva, ahora no sólo satisface tu sed, o tu adicción (si eres de los que se toman más de una al día), sino que ahora también satisface tu ego, nuestro ego.

¿Cuantas latas has tirado a la basura durante años incluyendo las ediciones “especiales”? Estoy seguro que ninguna había representado el valor que puede tener esta.

En realidad la estrategia no es nueva, empresas como Google y Apple ya lo han hecho antes, al darte la opción de personalizar algunos de sus dispositivos con tu nombre o una frase. Incluso la aerolínea Volaris llevó a cabo un concurso en el que los ganadores podrían ver su nombre en un avión.

La gran diferencia es que Coca-cola ha adoptado un enfoque social, no te pide que hagas absolutamente nada para obtener el producto, este ya se encuentra ahí, al alcance de tu mano; no es un premio por el que tengas que hacer algo, es una recompensa, y qué es más atractivo que un reconocimiento que no hemos pedido.

“Comparte una Coca-cola con un amigo”, esta es la premisa, no te dice: “compra una Coca-cola”, no te dice: “busca la Coca-cola con tu nombre”, porque para empezar sería difícil llevar las latas indicadas hasta donde viven Ana o Juan, sin embargo te dice: “si ves la lata con el nombre de tu amigo, compártela con él”.

Después de estudiar la estrategia al derecho y al revés, me doy cuenta de que es una obra de marketing magistralmente ejecutada. Desde luego es más fácil poner un nombre en una lata que en un avión, pero he aquí donde queda de manifiesto la habilidad para reconocer y adaptar las estrategias adecuadas para cada producto y mercado.

Pero el nombre en la lata no es todo, la estrategia contempla también una aplicación para Facebook, que recoge tus datos desde un sitio web muy bien diseñado y que te permite, entre otras cosas, compartir una Coca-cola virtual con tus amigos, registrar tu nombre si es que no aparece en la lista oficial y un “congelador de fotos”, en el que seleccionas una foto donde salgas con tus amigos y este te los regresa convertidos en botellas con el nombre de cada uno.

La ultima fase de esta campaña consiste en una caravana, que irá a todos los rincones de México llevando un “centro de personalización”, al que podrás acudir si es que tu nombre fue uno de los que no apareció en ninguna de las presentaciones, ahí lo imprimirán en una lata para ti.

Como puedes ver, esta es una estrategia completa, que mezcla marketing digital y tradicional, con una dinámica social bastante interesante, que se ha vuelto viral en las redes sociales, desde luego aderezadas con mucha creatividad en un sinfín de “memes”, publicidad al fin y al cabo.

Lo que podemos aprender de esta campaña es el poder de la marca personal, nuestro nombre es nuestra marca y como lo estamos viendo tiene un gran valor, si no para nosotros si para las empresas como Coca-Cola.

¿Cuantas latas con el nombre de José o Paola, se están vendiendo en este momento por el simple hecho de llevar esos nombres? ¿Cuanto representa eso en dinero para la marca? Te puedo asegurar que es mucho. En España, en donde se llevó a cabo esta campaña el año pasado, aumento en un 24% las ventas en “tiendas de abarrotes” y en 48% las ventas en tiendas de súper mercado.

Si tú ya conseguiste la lata con tu nombre, me gustaría saber que piensas al respecto, y si no, dime si te parece buena esta estrategia.

43,900,000 resultados, es la cifra que arroja el buscador al “googlear” la palabra BRANDING. Como podrás ver hay demasiada información al respecto. ¿Qué es el branding?, es una pregunta que debemos responder si lo que queremos es poder opinar cuando nuestros amigos mercadólogos hablen del tema, pero si lo que queremos es aplicarlo en nuestra vida personal y profesional las preguntas correctas serian ¿Para qué sirve? y ¿Qué tengo que hacer para que funcione?

Para decirlo de una forma simple, el branding sirve para crear marcas atractivas, diferenciables y con una propuesta de valor única, o al menos esto es lo que deberíamos obtener al finalizar el proceso. Pero, si este es el resultado obvio de seguir una metodología, ¿Por qué existen marcas que a pesar de haber surgido de un proceso de branding, fracasan?

Para entender esto debemos reconocer que no existen fórmulas mágicas, el branding no asegura el éxito de una marca, pero si en el proceso se toma en cuenta lo que explicaré a continuación, podremos incrementar sustancialmente las probabilidades de obtenerlo.

El “secreto” en el proceso de construcción de una marca está en descubrir que tan genuina, sólida y útil es la idea que queremos convertir en un producto o servicio, en descubrir cual es la verdadera propuesta de valor e incluso si ésta existe o no.

espada

Cual espada, cuya hoja debe ser calentada y forjada a golpes contra el martillo y el yunque, debemos poner nuestra idea  sobre la mesa y someterla a un proceso riguroso de preguntas y respuestas, debemos “calentarla” con la duda y golpearla con la razón contra la realidad.

Las preguntas que nos servirán para poner a prueba nuestra idea son aquellas con las que nuestros competidores intentarán en algún momento desacreditarnos y con las que nuestros prospectos se resistirán una y otra vez para tratar de demostrar que nuestra marca no les ofrece nada nuevo.

A continuación presentaré 20 preguntas que serán de mucha utilidad para el escrutinio de nuestra propuesta de valor:

1. ¿Mi producto o servicio realmente es necesario para satisfacer una necesidad o resolver un problema?

Esta es la primer pregunta que deberíamos hacernos ya que es la más obvia, la que todo mundo nos hará cuando tratemos de vender nuestro producto y la que nuestra marca debe ayudar a responder sin dejar lugar a dudas.

2. ¿Cual es la propuesta de valor de mi marca?

3. ¿Conozco todos los productos, marcas y propuestas de valor existentes con los que competirá mi marca como para defenderla ante cualquier persona?

4. ¿Por qué a nadie se le había ocurrido antes esta idea?

Si ya existe:

5. ¿Que me hace pensar que mi idea será bien recibida por el mercado?

6. ¿Qué es lo que hace diferente y mejor a mi producto comparado con los que ya existen?

7. ¿Vale la pena tratar de innovar en el sector en el que estoy tratando de insertar mi idea?

8. ¿Por qué debería alguien gastar su dinero en mi producto?

9. ¿Cuales son la garantías que ofrece mi marca?

10. ¿Son éstas garantías reales?

11. ¿Mi servicio o producto es ético?

12. ¿Cuales son los valores personales que le quiero transferir a mi marca?

13. La forma en la que operaré, produciré y venderé mi idea ¿es ética?

14. ¿Afectaré de manera negativa a alguien con mi actividad comercial?

15. ¿Cuál es el principal motivo por el que quiero lanzar una marca nueva con “X” producto o servicio?

16. ¿Me interesa realmente resolver un problema o mi principal preocupación es hacer dinero?

17. ¿El problema o la necesidad que resolverá mi marca es un problema que me afecta de manera directa?

18. ¿Durante cuánto tiempo mi idea será viable antes de ser superada por una idea nueva?

19. ¿Yo, consumiría mi propio producto?

20. ¿Como veo a mi marca dentro de 20 años?

Con este escrutinio podremos empezar el proceso de Branding de nuestra marca. Lo importante es contestar cada una de las preguntas con total sinceridad, y dependiendo de cada respuesta hacer los ajustes necesarios para reforzar nuestro concepto.

Debemos estar conscientes de que el proceso de Branding es un proceso de auto-descubrimiento, en el que crearemos una personalidad para nuestra marca imprimiendo en ella nuestros propios valores.

Si no somos nosotros quienes ponemos a prueba nuestra propia idea para saber qué tanto puede resistir y cual es su verdadero potencial, tarde o temprano lo hará el mercado, lo harán nuestros competidores y ellos no nos darán oportunidad de superar nuestras debilidades, es aquí en donde radica el secreto del Branding, en un proceso previo al que me gustaría llamar “Brand Forging”.